Rotterdam y la conservacion de la historia

De Verwoeste Stad, estatua conmemoración bombardeo, Rotterdam.

De Verwoeste Stad, estatua conmemorativa de Rotterdam

La ciudad de Rotterdam no es como cualquier otra, y su relación con el pasado es muy especial. Nada en ella es antiguo, poco queda de la arquitectura anterior al bombardeo de la Segunda Guerra Mundial que obligó a reconstruirla casi por completo, y por ello sus tradiciones y su cultura se mantienen vivos en el espíritu de su gente con férrea tenacidad.

El Museo de Historia –o Historischmuseum– es seguramente uno de los sitios más indicados para acercarse y conocer el pasado de la ciudad. En su interior se conservan documentos y retratos que reflejan los modos de vida de los siglos XVIII y XIX, antes de que Rotterdam se convirtiera, involuntariamente y por las veleidades de esa misma historia, en la urbe más moderna de Holanda.

El pequeño palacio es una muestra valiosísima de la arquitectura del siglo XVII, por obvias razones: es uno de los pocos que sobrevivió a los ataques que redujeron al resto de la ciudad a escombros. En torno a él, se elevan las construcciones nuevas que reemplazaron a aquellas que hoy solo podemos conocer mediante fotografías.

La historia de Rotterdam encuentra su refugio en el Historischmuseum, que la recorre con ayuda de documentación y también recreando un típico hogar de la ciudad en la primera planta. Allí es posible ingresar al pasado y apreciar las costumbres de antaño, que hoy son parte de la memoria de los habitantes de más edad.

A pocos metros del museo, fue ubicada De Verwoeste Stad, la estatua realizada por el escultor ruso Ossip Zadkine. Desde mayo de 1953, esta conmovedora pieza de hierro eleva al cielo sus brazos en conmemoración de la masacre de 1940, y su grito mudo es compartido por toda la población de Rotterdam.

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