Bronkhorst, el pueblo mas pequeño de Holanda
Para alejarse del ajetreo de las grandes ciudades y de sus multitudes agobiantes, no es necesario internarse en la campiña o sumergirse en las aguas del océano. Bastará con dar un paseo por Bronkhorst, y disfrutar de la sencillez y la belleza del pueblo más pequeño de toda Holanda.
De a poco, Bronkhorst va siendo descubierto por el turismo, pero esto no altera su esencia original. Lugar de tradiciones y totalmente ajeno a la polución –visual, sonora, ambiental y en todas las formas en que la conocemos en las grandes urbes–, es un destino soñado para quienes desean apartarse de la rutina y el tumulto urbano habitual.
A pesar de su historia de larga data, el área es parte de Gelderland, (que es considerada la superficie más grande de Holanda), y reconocido como una unidad territorial desde hace apenas unos pocos años. En 2005, la fusión de Hengelo, Hummelo en Keppel, Steenderen, Vorden y Zelhem dio lugar al surgimiento de Bronckhorst, un municipio cuyo nombre proviene del pequeño pueblo que hoy visitamos.
Desde 1811, la ciudad era parte de la municipalidad de Steenderen. Permaneció bajo los feudos de las familias Bronkhorst y van Heeckerens desde 1350 hasta 1482, cuando recibió sus derechos ciudadanos.
La iglesia del lugar fue edificada en el año 1460, y una granja del siglo XVII compone un conjunto de arquitectura antigua pintoresco y de aspecto genuino. Las tradiciones se mantienen intactas en estos parajes, y los artesanos realizan sus labores según las costumbres heredadas durante siglos.
El hotel de la ciudad funciona en una magnífica residencia, lujosa y decorada en el estilo de la campiña inglesa. Y algo que no se puede dejar de visita, el Museo de Charles Dickens, una atracción imperdible de esta pequeña ciudad.
Y más… Este entorno natural, con su espíritu silvestre, es un escenario soñado para disfrutar de caminatas o paseos en bicicleta.
Foto vía: Flickr

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