El laberinto de Drielandenpunt
Ubicado en el punto de confluencia de Holanda, Bélgica y Alemania, el laberinto de Drielandenpunt es una atractiva propuesta para disfrutar en familia. Se encuentra en la ciudad holandesa de Vaals, y es nada más y nada menos que un inmenso laberinto de arbustos: como el de los jardines reales, pero con una altura que no permite ver hacia el otro lado, y un tamaño capaz de confundir hasta a los que mejor se orientan.
Desde afuera –o desde una panorámica como la que muestra la fotografía– el desafío parece sencillo. Sin embargo, estar allí adentro es bien distinto. Los tupidos arbustos no permiten vislumbrar con claridad lo que hay del otro lado, y los corredores nos sorprenden tras cada esquina con algún inesperado obstáculo.
Los callejones sin salida y las bifurcaciones son lo primero que comienza a inquietarnos. Volver sobre los propios pasos o escoger un camino al azar será cosa común después de ingresar al laberinto. Aunque, claro está, no son éstos los únicos inconvenientes.
Paredes de agua que surgen del suelo y numerosos trucos electrónicos consiguen confundir por completo a los valientes que se atreven a enfrentar el desafío. Sin dudas, este se trata este de un recorrido único y sumamente divertido, ideal para poner a prueba el poder de orientación.
Además, los adultos que acompañan también pueden disfrutar de una tarde encantadora en este sitio. Su belleza natural y su peculiar situación en el límite entre tres países se suma a las tabernas y terrazas que ofrecen el marco ideal para descansar y deleitarse con un café y un postre típico de Holanda: el Vla.
Eso si, los más pequeños estarán exhaustos y hambrientos al final de la aventura, de modo que estarán listos para degustar un exquisito panqueque.

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