Curacao, en las Antillas Holandesas
Los avatares de la historia han causado que lugares distantes y muy diferentes de las postales habituales que se conocen de Holanda sean parte de su territorio. Junto con otras islas, como St-Eustatius y Saba, la isla de Curacao, en las Antillas, es considerada componente del Reino de los Países Bajos.
Y, siendo así, ¿porqué no hablar de ella?.
Ubicada a unos 55 kilómetros de la costa de Venezuela, Curacao es una de las más destacadas islas pertenecientes a Holanda. Tanto es así, que cuando se menciona el ABC de las islas neerlandesas del Caribe, esto significa: Aruba, Bonaire y Curacao. Sin dudas, es un destino que no pueda faltar en la maleta de quienes quieran conocer esta región.
Los atractivos de Curacao incluyen los lujosos casinos junto a la playa, los bajos precios debido a que la venta está libre de impuestos, y la rica cultura de sus habitantes locales. También, desde luego, es de destacar la amplia oferta en materia de deportes acuáticos, que congrega a multitudes de visitantes cada año.
Si hay algo que subrayar de Curacao eso es su variedad en propuestas de hoteles. Tanto resorts de lujo como balnearios económicos se extienden a lo largo de la costa y permiten que personas con muy diversos presupuestos puedan instalarse y conocer las maravillas de esta isla.
Además de sol, arena y grandes centros comerciales, Curacao es muy bella en términos de arquitectura. El estilo neerlandés colonial temprano ha dejado en la isla una de las muestras más estupendas y apreciadas.
Vale la pena también alejarse un poco de la ciudad capital, Willemstad, para adentrarse en los territorios que comienzan a delinearse a unos kilómetros de allí. Y es que resulta sorprendente que, cerca de aquel paraíso de vegetación, existan tierras áridas con cactus y especies típicas del desierto.
Foto Vía: Crusader Travel

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cuando yo fui a las ila bonaire fue muy bonita