El faro de Harlingen, dormir en las alturas
Los faros son emblemas de todo pueblo costero con salida al mar. Desde siempre, han inspirado a poetas, pensadores y, cómo no, a viajeros. Luminosos en la noche y fascinantes durante el día, suelen ser sitios históricos para visitar por algunos minutos, o estructuras construidas en un pequeño y remoto islote, al que resulta difícil llegar.
Pues, el faro de Harlingen es un caso muy especial. Forma parte de una tendencia creciente, pero no muy sencilla de llevar a cabo, que da lugar en estas altas y legendarias torres para quienes deseen hospedarse en ellas. El Faro de Savudrija, en Croacia, y el Faro Corsewall, en Escocia, son dos buenos ejemplos de estos curiosos hoteles que pueden encontrarse en los sitios más distantes del planeta.
Harlingen tiene el privilegio de ser la única localidad portuaria de la provincia de Frisia, en el norte del país. Su faro no fue edificado, como muchos otros, en algún terreno mar adentro, sino que se encuentra en el centro mismo de la ciudad.
Restaurado de tal forma que resulte habitable y sumamente confortable, el faro de Harlingen es hoy uno de esos hoteles curiosos, en concreto un hotel con capacidad para dos huéspedes en una habitación. Desde luego, las vistas que se obtienen desde allí son magníficas, especialmente las que dan al antiguo puerto, al océano y a las cercanas islas Frisias de Terschelling y Vlieland.
El interior del faro cuenta con tres plantas de uso exclusivo, decoradas y equipadas según estándares de lujo. Eso sí: para llegar hasta ellas hay que subir una escalera de 80 escalones. A tenerlo en cuenta al preparar las maletas, por favor.
Cada mañana, el personal del hotel lleva a los huéspedes el desayuno, y hay que bajar para recibirlo al pie de las escaleras. El costo es de aproximadamente 319 € por noche y, como es de imaginarse, es necesario reservar con anticipación.
Foto Vía: The perpetual tourist

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