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El Parque Nacional Dwingelderveld

El lago Drostenveen

Con sus 3700 hectáreas de superficie, el Parque Nacional Dwingelderveld cubre una buena porción de la provincia de Drenthe. De ese espacio, 1500 hectáreas están compuestas de brezales, el hábitat de arbustos y arena más grande de toda Europa occidental.

La humedad del suelo promueve el crecimiento de muy variada vegetación, y el verano es un verdadero despliegue de colores púrpuras y rosados de las flores de esas especies. De modo que visitar el parque entre junio y septiembre es lo más recomendable.

Los lagos Davidsplassen y Drostenveen forman parte del territorio, entre muchos otros espejos de agua en donde pueden contemplarse infinidad de especies animales, varias de ellas endémicas y por lo tanto sumamente curiosas y desconocidas en otras partes del mundo.

Resulta impresionante que buena parte de las extensiones de arena son resultado del “trabajo” de numerosas cabras y ovejas que fueron devorando a su paso los pastizales que antes cubrían el suelo, dando lugar así al surgimiento de áreas drenadas, en claro contraste con los alrededores húmedos.

En la actualidad, no merodean libremente, sino que sus paseos están vigilados por pastores que guían a sus rebaños durante el día y luego las regresan a sus respectivos corrales en los caminos de Benderse y de Achter’t Zaand. Realmente hay que presenciar un espectáculo como ese.

Los amantes de las aves pueden darse un banquete aquí (no gastronómico, ¡claro!), aprovechando de la estratégica situación del lago Davidsplassen, que brinda excelentes condiciones para el avistamiento.

Otro sitio encantador es el jardín de hierbas y mariposas, en donde el color y la magia son protagonistas. También hay en las cercanías un criadero de abejas, en el que se produce deliciosa miel.

El centro de visitantes del parque brinda abundante información, muy útil si estamos interesados en descubrir los pequeños tesoros que guarda Dwingelderveld sin perdernos…

Foto Vía: Lycos