La torre Rembrandt, en Amsterdam
La Torre Rembrandt es nada más y nada menos que el edificio más alto de Ámsterdam. Tanto es así que, en días de tiempo despejado, es posible observar desde lo alto de la construcción la ciudad de Rotterdam, a 70 kilómetros de distancia.
El proyecto para construir este colosal monumento inició en 1987, con la aprobación de un plan según el cual se erigirían conjuntos de oficinas en bloque y varias casas en Omval, una porción de tierra situada en el río Amstel, al sur de la estación de trenes del mismo nombre.
El territorio forma parte de Ámsterdam, y durante el siglo XX se fue transformando en un parque industrial. La torre Rembrandt se terminó de construir en el año 1994 y, desde entonces, es visible desde casi cualquier parte de la ciudad en que uno se encuentre.
En la actualidad, Omval tiene un aspecto muy peculiar, que recuerda a las grandes ciudades con altísimos edificios de pequeños apartamentos, dedicados en buena medida a su uso como oficinas u hogares de precios accesibles y comodidades básicas.
Por otra parte, la torre Rembrandt cuenta con unos 135 metros de altura, y un total de 35 pisos. Finaliza en una aguja que añade unos 15 metros, dándole un total de 150 metros de alto. Su edificación también fue emblemática porque se convirtió en una suerte de experimentación en los Países Bajos. Se trató del primer edificio en ser diseñado con una estructura central de cemento y un exterior esencialmente basado en acero.
Pronto, otros edificios con nombres tan sugerentes como el de Rembrandt fueron construidos en la cercanía. La torre Mondriaan se terminó de edificar en 2001 y la torre Breitner estuvo lista para el año 2002. También ellas fueron pensadas para funcionar como conjuntos de oficinas.

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