El restaurante Dylan, ex Blakes en Amsterdam
Recorrer los principales atractivos turísticos de Holanda es un excelente programa para disfrutar de estupendas jornadas recorriendo nuevos destinos y conociendo nuevas tradiciones y grandes culturas. Pero en todas vacaciones llega el momento de probar la gastronomía local e internacional, y para esta ocasión nada será mejor que concurrir al restaurante Dylan.
Se trata del ex restaurante Blakes, ahora llamado Dylan, ubicado en Keizersgracht 384, Amsterdam, concretamente en el hotel del mismo nombre que fue remodelado y acondicionado, aunque se han resguardado los lineamientos edilicios que existían cuando funcionaba bajo el nombre Blakes. Las últimas modas del diseño de interiores llegaron hasta este restaurante, restaurante que basó en los colores blanco y negro su principal decoración.
Sin perder calidez, su decoración es muy moderna, elegante, relajante, con amplios ventanales que filtran la luz exterior durante el día. Por las noches, las mesas redondas se dejan iluminar por una tenue luz excelentemente diagramada, ideal para cenas románticas.
La cocina de Dylan se basa en la fusión, con una amplia mezcla de sabores de oriente y occidente, y que internacionaliza su carta para todos los paladares posibles. El restaurante recibe gran cantidad de turistas de todos los rincones del continente así como habitantes del país, lo que obliga a mantener sus platos internacionales más comidas regionales. La carta ofrece varias alternativas que no debemos dejar de probar, como el ceviche, animales de caza –en especial el pato y el ciervo- y algún que otro pescado, aunque los mariscos los dejaremos para restaurantes vinculados más al mundo marino.
Como todo restaurante de hotel y de categoría, la atención es excelente, con el mejor clima y disfrute. Para acompañar las comidas, nada mejor que un buen vino (podrá elegir alguno de Francia, Italia o Argentina) de calidad, Malbec si es de paladar suave o Cabernet para paladares más fuertes.
De una u otra manera, Dylan es un restaurante de categoría, con buena atención, buena carta de vinos y un ambiente ideal para disfrutar de una excelente noche.
En cuanto al precio, una comida media, con vino suele rondar los 100 euros por persona. Recomendarlo o no depende del plan de cada uno pero si buscamos un restaurante de categoría elevada no nos defraudará.
El contexto del restaurante es su propio hotel, quizá uno de los más elegantes e intimistas de todos los hoteles de Amsterdam, con un servicio personalizado inmejorable. Su ubicación, sobre el Keizersgracht -uno de los famosos canales de la ciudad-, lo hace verdaderamente irresistible.
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