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Ámsterdam para viajeros curiosos

Ámsterdam es mucho más que el Museo Van Gogh y los coffee shops. Tú lo sabes y por eso has decidido viajar a esta ciudad tan viva, trepidante en el centro y relajada en los canales de barrios como el Jordaan. Eres un viajero curioso y por eso, después de visitar las atracciones más importantes no te quedas de brazos cruzados.

Hay cosas muy interesantes que hacer en Ámsterdam y que se alejan un poco de lo común. puedes, por ejemplo, acercarte al Cine Tuschinski, una joya art decó de1921 en la que se proyectan películas de actualidad en seis salas de cuento. Te parecerá estar en los felices años veinte.

Otra opción es pasarse toda la mañana (o todo el día, tú decides) de mercadillos. Y es que Ámsterdam tiene mercados callejeros para todos los gustos. Mi preferido es el de antigüedades del Niewmarkt. Tienen toda clase de cachivaches viejos, cerámicas de Delft antiguas (y otras no tanto), cajas metálicas de galletas, postales de hace cuarenta años, teteras de Asia (o eso dicen), libros, y otros objetos de segunda mano más mundanos, como CDs y películas. También hay puestos con artesanía como bolsos hechos con monedas de todo el mundo o lacitos para el pelo.

Otro mercadillo, este más típico, es el de las flores de Muntplein. Puedes pasear a lo largo del canal Singel observando la grata vista de las flores de colores y de todo tipo de plantas. No te olvides de comprar algunos bulbos de tulipán para plantarlos en casa. ¡es el souvenir holandés por excelencia! Eso sí compara algunos precios porque varían de un puesto a otro. Suelen ser  más baratos si los escoges tú uno a uno que si los compras ya empaquetados.

Un mercadillo mucho menos popular es el de las artes, muy cerca del cine Tuschinski. Algunos pintores de canales y paisajes toman la acera, pero más allá también hay arte más moderno. Para pasaerse solamente. Los precios son imposibles. También hay un mercado de productos biológicos en Niewmarkt, otro de sellos, otro de libros de viejo en la plaza Spui, etc.

Si estás cansado de tanto recorrer calles lo mejor es alquilar una bici y salir al aire puro de la campiña, camino de los pueblos del IJsselmeer. Un paseo que te aseguro disfrutarás como un niño.

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Foto Vía: rinconessecretos.com