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Tópicos sobre Holanda

No querríamos convertir este portal en otro tabloide más de los temas del corazón (¿por qué lo llaman corazón cuando quieren decir sexo?), pero sí que, invocando la condición de cajón de sastre del blog (no confundir con un desastre de cajón sin formas ni fondo), nos gustaría poner sobre la mesa una noticia que sacudió las páginas de los periódicos hace ya casi dos años.

El titular más modosito decía así: «Sexo libre en los parques holandeses», otros daban más detalles, con la plasticidad típica de los periodistas a sueldo y de los blogger con imaginación. Escarbando la noticia, se ceñía al céntrico parque Vondel, en Ámsterdam.

Se trataba, al parecer, de normalizar una práctica que, en mayor o menor medida, ya sucedía. Se impusieron entonces algunas condiciones. Las prácticas amatorias deben ceñirse a áreas restringidas y no a cualquier hora, sino solamente a partir del crepúsculo. Además, el césped habría de mantenerse incólume: nada de objetos delicados, colillas o papeles tirados al suelo.

La normativa regulaba también otros puntos, como la necesidad de que los dueños de perros sujetasen a sus mascotas. Más que en posibles amantes molestados por los canes, las autoridades pensaban en los paseadores y ciclistas. La jovialidad animal, en ocasiones, no entiende que montar un vehículo de dos ruedas conlleva una serie de riesgos y precauciones.

Este hecho fue utilizado por algunos medios para dar con ese tipo de espectaculares titulares que, una vez desentrañados se quedan en nada: «Se puede fornicar pero no tener perro en Holanda». «Ámsterdam promueve el libertinaje pero oprime a los animales», etcétera.

El caso es que la medida intentó extenderse al resto de parques de la ciudad y a otras grandes urbes del país. Sabemos que en el distrito de Slotervaart hay un parque también bastante conocido en el que se ha habilitado desde hace un año una zona «Gay» (así está escrito en un curioso cartel), que también dio lo suyo que hablar.

Ahora, este tipo de asuntos nos mueve a reflexiones más generales. Estas noticias casi siempre van aparejadas a la retahíla de lugares comunes (Barrio Rojo, drogas blandas en el café, etc), ya no tanto de Holanda cuanto de Ámsterdam, que parecen convertir a esta ciudad en la Sodoma y Gomorra de nuestro tiempo.

Pero luego uno visita Ámsterdam desde determinadas coordenadas conceptuales y se lleva una decepción (y ya no digamos Holanda en conjunto). ¿Es Holanda un país maduro y altamente civilizado? Evidentemente sí. Su legislación está entre las más progresistas del mundo (¿alguien lo duda?). Ahora, para un temperamento mediterráneo…

Por una parte no hay que confundir la parte (Ámsterdam) con el todo (Holanda). Por otra, hay que separar legislación de carácter. Muchos habitantes del sur de Europa, amantes de la tolerancia pero también de la fiesta, se morirían en la mayor parte de los Países Bajos. ¿Qué hacer en un pueblo o una ciudad pequeña de Nederland?

Hombre, muchas cosas pero acaso, acostumbrados a que cualquier aldea del Mediterráneo tenga su vida nocturna, su ambiente callejero una vez puesto el sol, incluso su ruido «atmosférico» a unas horas de la noche en las que en cualquier punto del norte de Europa sería casi como cometer sacrilegio, las ciudades holandesas (excepción de las mayores) acaben pareciéndonos casi casi fantasmales.

Mírese como se mire Holanda es un país magnífico pero es importante no confundir la realidad real con la realidad publicada o periodística. Desgraciadamente, incluso viajando y visitando los lugares, y esto sí que es ya el colmo de nuestro tiempo, a veces no experimentamos sino aquello que, a través de los medios (periódicos, guías o blogs) conocimos ya antes de partir hacia nuestro destino.