Hengelo, la ciudad más segura de Holanda
El año pasado fue elegida como la ciudad más segura de los Países Bajos, tanto por ser el lugar donde habían tenido menos problemas del país como por la calidad de su vida de sus habitantes. Quizás no sean alicientes turísticos muy interesantes, pero sólo por la curiosidad que nos despierta hoy nos acercamos hasta Hengelo.
Hengelo se sitúa unos 150 kilómetros al este de Amsterdam, y se puede llegar a ella perfectamente en tren. Se trata de una ciudad relativamente reciente, ya que fue fundada en 1802, y comenzó a crecer a raíz de la revolución industrial. Aquí se construyeron grandes fábricas textiles y de metalurgia.
Lo curioso del caso es que hoy en día será una de las ciudades más seguras de Holanda, pero durante la Segunda Guerra Mundial fue tremendamente bombardeada tanto por los nazis como por los aliados, sobre todo por estos últimos, ya que su industria fue bastante importante durante la guerra. Desgraciadamente, estos bombardeos destruyeron buena parte de su centro histórico.
Tres son los grandes símbolos arquitectónicos que tiene esta ciudad. Por un lado, la torre de la Iglesia de Saint Labert, por otro la Torre del Ayuntamiento, y por último la Torre Brink. La Iglesia de Saint Lambert es muy sencilla, pero pintoresca. Eso sí, la torre del templo es la punta más alta y más antigua de la ciudad, terminada en un largo pináculo azul.
La Torre del Ayuntamiento es más moderna que la de la iglesia, pero mucho más reciente es la Torre Brink, levantada en el centro y que su utilidad es la de albergar publicidad. Nosotros tuvimos la suerte de visitar Hengelo en una fría mañana de invierno. Dirán ustedes vaya suerte, ¿no?. Pues sí, porque Hengelo bajo la nieve no tiene nada que ver con la Hengelo tradicional. Con aquella capa blanca era una típica ciudad de postal de invierno.
Como os decíamos antes, no hay mucho que visitar en el centro histórico de Hengelo, ya que fue duramente castigado en la Segunda Guerra Mundial. Y a decir verdad la reconstrucción no ha sido que digamos muy agraciada, ya que se combinan los antiguos edificios con las casas modernas, y la mezcla resulta en algunas calles un tanto variopinta.
Tal vez lo mejor sea sin duda la Iglesia de Saint Lambert y algunas casas antiguas que se pueden ver a las afueras de la ciudad. Una pequeña excursión de un lugar que se puede ver perfectamente en una mañana o una tarde.
Foto Vía Tubantia

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