Cuando regresas de tu viaje por Holanda te traes de vuelta muchas sensaciones. El pintoresquismo de las casas holandesas, el colorido de sus campos, inundados de tulipanes y otras flores de colores llamativos, la enorme multiculturalidad de ciertas ciudades, con grandes y notables museos, y la belleza de los ríos y canales que atraviesan buena parte del país.
Este cóctel turístico lo podemos encontrar en una ciudad como Maassluis, situada apenas a 18 kilómetros al oeste de Rotterdam. Pintoresca y no muy grande, para así poderla recorrer perfectamente a pie, fue fundada a mediados del siglo XIV y, como muchas otras ciudades holandesas, fue ocupada algunos años por las tropas españolas.
Maassluis duerme a orillas del Nieuwe Waterweg, una corriente fluvial a la que se asoman pintorescas casas y edificios del siglo XVII. Este río le ha dado gran importancia a la ciudad, al convertirla en puerto pesquero a finales del siglo XVI. Años más tarde se construyó el canal de navegación de Maas, que unía la ciudad con Rotterdam, y de ahí con el mar.
Una de las siluetas más fotografiadas de Maassluis es precisamente la que se tiene desde el canal. Sobre los tejados de las casas aparece la Kerkeiland o Groote Kerk, la iglesia más importante de la ciudad. No es muy grande, pero tiene un campanario encantador, que me recuerda a alguno de los que pudimos ver en Amsterdam.
Otro de los grandes placeres en Maassluis es pasear por su centro histórico. Es todo tan pintoresco, coqueto y sencillo… Un amplio canal recorre las calles, con pequeñas tiendas de souvenirs, bares y restaurantes a ambos lados. Probar a comprar el pan recién hecho, el típico queso holandés, al que es imposible de resistirse tras los escaparates, y alquilar una bicicleta para moveros tranquilamente.
Con sus canales, sus casas pintorescas, su puerto pesquero y sus tiendas de souvenirs, ¿no os parece como una Amsterdam en miniatura?. Pues sí, es una de las sensaciones que os traeréis de Maassluis.
Foto Vía Die Haghe Sanghers